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miércoles, 28 de junio de 2023

Opiniones

Las opiniones, al igual que las personas, pueden cambiar. No porque un día en un momento determinado lances una reflexión en voz alta, ya significa que vas a opinar del mismo modo por siempre. La gente cambia, evoluciona y, con ella, sus puntos de vista son diferentes. A través de la experiencia aprendes a ver las cosas de un modo distinto al que lo hacías habitualmente. No es malo cambiar de parecer, para mí, peor es defender una idea prefijada con la que quizás ya no estás de acuerdo, solo para quedar bien o para no afrontar la nueva realidad que se te presenta. Los pensamientos van y vienen y tanto si son dichos como escritos, ambos tienen el poder de ser modificados en algún instante porque nada es para siempre.

¿Qué motivos nos llevan a cambiar de opinión? Son varios, principalmente, el que he señalado con anterioridad: la experiencia vivida. Aprender de las circunstancias y de los contextos en los que nos movemos. Solo cuando vemos y vivimos un hecho concreto en primera persona, es cuando realmente podemos establecer una relación entre la verdad y nuestros pensamientos. Conocer a otras personas, sus puntos de vista, acercarnos a una realidad diferente a la nuestra, ponernos por un momento en su piel, nos permite ampliar nuestros horizontes y, por tanto, cambiar o modificar nuestra opinión personal. También la madurez, a consecuencia de todo lo vivido, nos ayuda a ver las cosas de otro modo, a reinventarnos, rebelarnos y querer reivindicar algo determinado. Con el paso del tiempo nos volvemos más exigentes, no nos conformamos con cualquier cosa, cambian nuestras prioridades y, por lo tanto, también nuestra forma de pensar y actuar ante hechos relevantes.

¿Todas las opiniones son válidas? No, sólo las que se dicen con respeto, las que se muestran con empatía, las que no buscan dañar, sólo transmitir. Respeto al dar y también al recibir. De hecho, hay opiniones que recibimos sin pedirlas previamente, aquellas personas que viven diciendo cómo debe ser la vida de los demás, cómo tienen que pensar y actuar. Eso no son opiniones, aunque las disfracen como tal. La delgada línea entre opinión y crítica... Las críticas son buenas si son constructivas, si tienen un trasfondo detrás, si nos ayudan, pero si su única intención es herir y destruir, debemos desecharlas. 

Tampoco son válidas las opiniones que no son opiniones, sino que en realidad se trata de una manipulación encubierta, donde el único objetivo es "llevarte a su terreno" y transformar tu opinión en una equivocada para que sólo persevere y tenga lugar la de la persona que la manifiesta primero. "Mi respeto hacia tu opinión termina cuando intentas inculcarme la tuya, sin respetar la mía". La diversidad de opiniones es necesaria, pero siempre desde una perspectiva respetuosa y empática. Es importante que expresemos nuestras opiniones, no callarlas por lo que puedan pensar los demás, ya que nunca sabes si con ella vas a lograr transformar la visión de otros. Nuestra opinión acerca de algo, refleja nuestra personalidad y pone de manifiesto nuestra actitud ante la vida, por ello, debemos compartirla.

¿Por qué es importante tener sentido crítico? No podemos quedarnos estancados, es cómodo fluir y vivir la vida que otros tienen preparada para nosotros, pero así nunca daremos verdadero sentido a la vida ni participaremos de ella plenamente.  Sin sentido crítico será más fácil manipularnos y obedecer con los ojos cerrados, pero el precio que pagaremos será demasiado alto porque al no tener voz, perderemos toda oportunidad de que nos tengan en cuenta y evitar que nos pisoteen. Sólo nutriendo nuestra capacidad de pensamiento propio lograremos detectar y resolver problemas, así como, tomar nuestras propias decisiones, decidir sobre nosotros mismos, hacia dónde dirigir nuestra vida y actuar en consecuencia.

"El sabio puede cambiar su opinión. El necio, nunca"

sábado, 7 de agosto de 2021

Soledad

Desde pequeños hemos aprendido que estar solos, apartados físicamente de los demás, es algo que nos hace sentirnos mal, excluidos, tristes y decepcionados. Pero, ¿siempre que piensas en la soledad lo enfocas de este modo? La soledad entendida como el acto de estar solo podemos verlo desde dos puntos de vista: el positivo o el negativo. 

Cuando lo vemos desde el punto de vista negativo, hacemos referencia a lo que ya hemos mencionado anteriormente. Ese sentimiento que aparece cuando sentimos que no encajamos en un grupo social, que no contamos con la aprobación de nuestra familia, la sensación de que nadie nos quiere a su lado... Muchas veces en realidad no es así, pero tendemos a percibirlo como algo negativo, que va ampliando su magnitud al alimentarlo nosotros mismos con pensamientos negativos de angustia y culpabilidad.

Sin embargo, desde el punto de vista maduro y positivo, podemos ver la soledad como algo bueno, un momento de crecimiento personal. Un espacio y tiempo que dedicamos a estar con nosotros mismos, conociéndonos, disfrutando de nuestra propia compañía, realizando actividades que también nos llenen. Un momento de reflexión en el que analizar las situaciones del día a día, plasmar en un papel (a modo de diario personal) pequeños análisis de nuestras actuaciones diarias, aquellas cuestiones a las que aún no damos respuesta y los logros que hemos alcanzado. Un ratito para conectar con nuestro yo interior, fortalecer los lazos de afectividad con nosotros mismos. 

Este tipo de soledad es necesaria y debe ser buscada porque es inevitable estar solo, no podemos pretender estar todo el rato rodeados de personas, también necesitamos momentos para nosotros mismos y aprovecharlo como mejor consideremos. Si alguna vez nos sentimos solos, debemos evitar pensamientos negativos o sentimientos de culpa o ataque, saquemos partido a la nueva situación y veámoslo como una oportunidad de aprovechar el tiempo. Nosotros somos nuestro mejor amigo, nadie nos va a conocer o querer mejor de lo que lo hacemos a nosotros mismos. 


"La soledad más grande es la de aquel que aún no se conoce a sí mismo, 
la soledad del que no sabe estar en su propia compañía".

domingo, 21 de febrero de 2021

No te apegues a lo que te apaga

Tal y como indica la frase que da título a esta entrada, a veces, nos empeñamos en seguir intentando algo que no funciona, cuando lo fácil es soltar y dejar ir lo que no nos hace bien. ¿A quién le gusta vivir dentro de un continuo resentimiento? Si te sientes decepcionado, en tu mano está cambiarlo. Y es que como bien dicen, el ser humano es el único capaz de tropezar dos veces con la misma piedra. Sin embargo, vivir así, no nos hace ningún bien. ¿De qué sirve? Nadie te obliga a quedarte, mejor que tú mismo nadie te conoce ni te va a conocer (nunca se llega a conocer a nadie del todo). Por eso sal, huye, resurge. Y si lo hacen, párate y piensa que es tu vida la que estás viviendo, tú decides qué camino tomar, si quieres que decidan por ti o coger el timón de tu vida y redirigirla. Siempre hay algo bueno esperando y, si una puerta se cierra, siempre se abre otra, será por oportunidades... Busca las señales y sigue tu instinto, confía en ti y en tus posibilidades. Que el miedo no te frene y que no encuentres excusas para seguir aguantando porque no nacemos para sufrir, sino para reír y transformar el mundo con nuestra esencia, dando lo mejor de nosotros mismos cada día.

Por mucho que te empeñes en meter una caja en una botella, no podrás. No hay que insistir donde no es, hay que aceptar la realidad y busca otra salida porque siempre la hay, aunque no lo parezca. Todo lo malo se puede cambiar, no hay que aguantar y esperar a que las cosas cambien solas y vuelvan a ser como antes. Los recuerdos no son más que eso, recuerdos, sombras del pasado y no se puede vivir de lo que hemos vivido con anterioridad. Cada día es un día nuevo y una nueva oportunidad, nunca es tarde para volver a empezar. Solo necesitamos abrir bien los ojos, enfocarnos en lo que queremos, proponernos un nuevo objetivo, soltar lo que nos martiriza, apagar los malos sentimientos y empezar de nuevo con un aire fresco. 

La dependencia emocional va de la mano de una baja autoestima y no debemos darnos el lujo de mostrarnos vulnerables ante los demás día tras día porque entonces se aprovecharán y nos acostumbraremos a ser víctimas. Y no, actuar así no se puede convertir en costumbre. Cada persona tiene valor y si tú aún no has encontrado el tuyo, es el momento de hacerlo. busca lo que te ilumina y esfuérzate por sacarlo a la luz. En tu mano está, anímate a dar el paso. Lo mejor siempre esta por llegar.


Si hay una persona en la que tienes que confiar al 100%, esa eres tú. 
No necesitas aferrarte a nada ni a nadie para ser feliz o triunfar, tú brillas con luz propia.

viernes, 25 de diciembre de 2020

Adviento 2020

Desde el día uno de diciembre, en la cuenta de Instagram del blog (@lluvia_de_estrellas2), he estado proponiendo pequeños retos diarios a modo de reflexiones que hoy, siendo el último día, aprovecho para desarrollar aquí. Así, he configurado un calendario de Adviento, donde cada día un símbolo de Navidad, nos daba pie a analizar más allá de su materialismo y nos ofrecía la oportunidad de bucear un poco más en nuestro interior.

Día 1: "Las campanas nos anuncian la llegada de algo nuevo. ¿Qué sonidos te acompañan cada día? Fíjate, seguro que son más de los que piensas". Con este reto buscamos aprender a apreciar los pequeños matices que, en el día a día, pasamos desapercibidos.

Día 2: "El muñeco de nieve es resisten al frío, pero se derrite con el calor. ¿Cuáles son tus fortalezas? ¿Y tus debilidades?". Nadie es perfecto y a través de este ejercicio, aprendemos a conocernos a nosotros mismos, focalizando nuestra atención tanto en las fortalezas como en las debilidades que poseemos. Ser capaces de reconocer cada una de ellas, nos hará más conscientes de nuestras posibilidades de acción y nuestra personalidad.

Día 3: "Los Reyes Magos ofrecen lo mejor que tienen: oro,incienso y mirra. Y tú, ¿qué aportas a los demás?". Cuando servimos como apoyo, motivación,escucha, ayuda... Muchas veces lo hacemos sin pensar, instintivamente, porque es nuestra naturaleza y así nos nace. Por eso, es necesario pararse y ponerle nombre y sentido a cada acción que llevamos a cabo.

Día 4: "Rodolfo el reno tenía la nariz roja y se reían de él, pero a la vez servía para iluminar el camino y guiar a Papá Noel. Y tú, ¿qué defecto has transformado en algo positivo?". A menudo, tendemos a creer todo lo que nos dicen los demás, pero se nos olvida que no todo el mundo ve la vida con los mismos ojos, cada quien tiene su propia perspectiva, basada en sus vivencias personales. Por eso, no te quedes con lo que digan de ti, no dejes ser una etiqueta ni pienses que esos aspectos negativos te van a pesar por el resto de tu vida. Dale la vuelta y transforma eso negativo en algo positivo, otórgale tu punto de vista y no permitas que nadie se crea el dueño de tu vida.

Día 5: "Las velas nos dan luz, calor, refugio, esperanza... ¿Qué momentos o personas iluminan tu vida?". A pesar de que siempre tratemos de ser fuertes y buscar el lado positivo de todo lo que vivimos, también hay momentos grises (dependan o no de nosotros) que tenemos que afrontar. En estos momentos oscuros es cuando sabemos quién realmente está a nuestro lado, valoramos más a las personas que nos acompañan en nuestro camino y también esos detalles que nos marcan de manera positiva y nos motivan a salir de ese agujero y volver con más fuerza y ánimo que nunca.

Día 6: "Endulzamos nuestro día con el muñeco de jengibre y recordamos, a pesar de las dificultades, ¿qué momentos dulces has vivido este año? Entre tanta sombra, incentidumbre, miedo, tristeza, soledad vivida, sobre todo, este año... es más fácil apreciar los momentos que nos dejan un buen sabor de boca. Identificarlos y traerlos al presente nos ayudará a sentirnos más vivos.  Porque, aunque no lo parezca siempre hay algo: un mensaje, una llamada, una mirada de complicidad...

Día 7: "Somos como árboles de Navidad: fortaleza para mantenernos en pie, flexibilidad en nuestras decisiones y, como adornos, nuestras cualidades, pensamientos y actitudes. ¿Cómo 'adornas' tu vida?" Adornar en el sentido de mostrar nuestra esencia más absoluta. Mejor que nos conocemos nosotros no nos va a conocer nadie. Por ello, es importante hacer este ejercicio de reflexión y destacar cuáles son nuestros principios, qué toleramos y qué no, cómo nos comportamos con los demás y con nosotros mismos, qué sentimientos reproducimos con más frecuencia, cuáles ocultamos pero sentimos, etc.

Día 8: "Hay bolas de distintos tamaños, formas, dibujos y colores. Unas tienen tonos claros, otras llaman mas la atención, otras pasan desapercibidas... pero todas sirven para dar un toque especial". Huye de las apariencias, (querer) ser de una forma no te hace mejor que ser de otra. Todos somos especiales solo por el hecho de ser nosotros mismos. Sin odios, sin envidias ni resentimientos. Se puede ser introvertido o extrovertido, tener sentido del humor o carecer de él, ser frío y desconfiado o pasional y sincero... Lo único importante es ser real, eso es lo que tiene valor.

Día 9: "¿Quién no ha jugado alguna vez a agitar una bola y ver la nieve caer? Hoy toca recordar momentos especiales de nuestra infancia". Puede que tu infancia haya sido difícil o que, por el contrario, esté lleno de historias y anécdotas que te sacan una sonrisa. Puede que no destaques tu niñez por vivir momentos bonitos, pero siempre hay algo que recuerdas con ternura, con esa inocencia tan característica del momento. Hay que vivir el presente, pero si nos ayuda recordar momentos especiales del pasado, los podemos traer a nuestro presente porque nos aportarán seguridad.

Día 10: "La música siempre nos acompaña en cada momento de la vida, haciéndolos únicos e inolvidables. Hoy os invito a refrescar la memoria y traer al presente esos villancicos que, en familia y desde niños, nos han dejado huella". ¿Quién no recuerda los villancicos de toda la vida, que cantábamos en casa o en el colegio y cuyas letras nos sabemos de memoria? Personalmente, cada vez que escucho la melodía de alguno de ellos me teletransporta a un momento especial vivido y, a veces, no puedo evitar emocionarme. Es parte de la vida, la música tiene ese poder de hacernos volar y viajar en el tiempo.

Día 11: "Si con algo identificamos la Navidad, es con la nieve, esos paisajes idílicos en postales... ¿Qué momentos o actitudes que vives a diario te dejan helado?". Nos dejan helados o sorprendidos diferentes acciones de la vida cotidiana, ya sea para bien o para mal. Es importante identificarlas, pero más todavía aprender a gestionar nuestros sentimientos o impulsos iniciales y, por último, saber cómo actuar ante ellos, reflexionar y buscar otras alternativas.

Día 12: "El bastón de caramelo es un símbolo navideño que no puede faltar, como cualquiera de los dulces característicos de estas fechas. ¿Qué pequeños detalles endulzan tu vida?". En realidad, necesitamos muy poco para hacer de nuestro día un día bonito. Únicamente necesitamos tener en cuenta lo que nos hace felices, qué pequeños detalles valoramos y compartimos con los demás. Porque, no sólo nos aporta lo que recibimos, sino también lo que damos y lo que somos.

Día 13: "El trineo de Papá Noel, a pesar del peso que lleva su saco, siempre se desliza por la nieve. Hoy vamos a vaciar nuestro saco de problemas y negatividad. ¿Qué cosas te 'resbalan'?". A veces, equivocadamente, nos centramos tanto en los problemas que tenemos, que nos olvidamos que la vida es mucho más que eso. Al final, no podemos dejar que el peso de nuestra mochila pueda con nosotros, sino que debemos ser capaces de soltar aquello que no nos aporta, transformarlo para que pese menos y nos quede espacio para incluir lo que de verdad nos enriquece.

Día 14: "El espumillón es ese adorno que da color y abraza nuestro árbol de Navidad. Ahora que no podemos dar abrazos, ¿de qué otras formas los haces llegar?". Con imaginación, creatividad e ingenio, descubrirás que se pueden dar abrazos de muchas maneras. Con cada detalle en el que demuestres amor y cariño, estarás dando un abrazo. Por ejemplo, al dejar una nota, al preparar un postre especial, al hacer llegar un mensaje de ánimo...

Día 15: "El angelito, sin duda alguna, representa la inocencia. ¿Qué es para ti 'ser un angelito'? ¿Cuándo lo eres?". Ser un angelito es actuar sin maldad. Lo somos cuando vivimos sin odios ni rencores, cuando ignoramos lo que carece de sentido y aprendemos que "no hay mejor desprecio, que no hacer aprecio". La indiferencia es la mejor herramienta. Por otro lado, ser un ángel (a modo de piropo) es ser bondadoso, generoso, solidario y siempre dispuesto a ayudar a los demás.

Día 16: "Los juguetes nos llevan de nuevo a nuestra infancia, ¿recuerdas cuál era tu favorito? ¿Aún lo conservas? Como no hay que perder nuestro niño interior, hoy te invito a jugar y disfrutar como hacías años atrás". Según vamos creciendo, cada vez dedicamos menos tiempo a jugar, con lo gratificante que es y todos los beneficios que nos aporta tener un momento lúdico de disfrute, realmente es una pena. Por eso, os animo a seguir jugando siempre que podáis, sacar un huequecito al día o a la semana para liberar tensiones y desconectar de la rutina, lo agradeceréis.

Día 17: "El acebo representa la buena suerte y se coloca en la entrada de casa para atraerla. ¿Crees en la suerte?  ¿Tienes algún amuleto? ¿Por qué te sientes afortunad@? ¿Qué o quién dirías que es la suerte de tu vida?". Aunque la suerte sea un factor que a veces nos ayude y otras no, no debemos depender siempre de ella ni dejar que nuestro estado de ánimo se vea afectado por las circunstancias. Hay que saber actuar por voluntad propia y si algo no sale como esperamos, no culpar a la suerte, sino dar la cara, aprender de nuestros errores y buscar otras alternativas de mejora. También es importante manifestar cuando nos sentimos afortunados por algo o por tener en la vida a esas personas que sentimos como caídas del cielo y que decimos que son nuestra suerte. Porque conocerlas, eso sí, ha sido de manera fortuita, pero mantenerlas es un trabajo diario.

Día 18: "Las luces de colores nos aportan alegría e ilusión en un ambiente festivo. ¿Sabes que los significados de los colores se pueden atribuir a rasgos de nuestra personalidad? ¿Cuál es tu favorito? Averigua qué dice de ti ese color". El rojo se atribuye a las personas pasionales, el naranja a las aventureras, el amarillo a las entusiastas, el verde al crecimiento personal, el azul a la tranquilidad, el morado al misterio, el rosa a la ternura, el negro a la elegancia, el blanco a la inocencia y el marrón a la seguridad.

Día 19: "La flor de Pascua es otro símbolo de Navidad muy presente en los hogares en esta época del año. Representa la prosperidad. ¿Qué aspectos que dependan de ti deseas y puedes mejorar?". Prosperar es sinónimo de mejorar progresivamente, no de la noche a la mañana, sino que implica un esfuerzo de superación personal, paciencia y constancia. Cambiar no es malo, siempre que nos ayude a evolucionar y a mejorar nuestra propia versión.

Día 20: "Lo bonito de escribir cartas y despertar nuestra creatividad diseñando tarjetas con las que felicitar las fiestas y enviar los mejores deseos. Este año que nos toca vivir la Navidad desde la distancia es una gran opción. ¿Has escrito ya la tuya? ¿Qué deseos incluirás?". Escribir nos ayuda a soltar lo que llevamos dentro, de una forma más pausada que a través de las palabras, porque escribir conlleva tiempo y es una manera de reflexionar. También nos permite pensar en lo que queremos transmitir y buscar las palabras adecuadas para hacer llegar el mensaje de la forma más precisa posible. 

Día 21: "El corazón es el símbolo con el que representamos el amor, el centro de la vida. Hoy toca pensar en esas personas que son importantes y especiales en nuestra vida y a las que tanto queremos". Y si además de pensar en ellas, les decimos con palabras o demostramos con hechos lo esenciales que son en nuestra vida cada día, resultará muy gratificante y nos sentiremos mejor con nosotros mismos.

Día 22: "El calcetín navideño o bota es donde incluimos los regalos, convirtiéndolo en el lugar más cómodo para ellos. También son calentitos y protegen nuestros pies, afianzando nuestros pasos. Piensa en las huellas que has marcado y te han dejado a ti este año". Aunque inconscientemente nos puedan venir recuerdos negativos, no pasa nada, lo importante es sacar tanto lo bueno como lo malo, pero sobre todo vamos a valorar los aspectos positivos, esos que nos ayudan a reforzar nuestra autoestima. 

Día 23: "La estrella representa nuestras metas, por eso la colocamos en la cima del árbol porque son los sueños que perseguimos y la mayor de las recompensas. ¿Cuáles son tus metas a corto o largo plazo?". Una vida sin sueños, objetivos, metas o ilusiones no tiene sentido. Por eso, es esencial hacer balance, analizar nuestra situación y proponer caminos o ideas que nos motiven a mejorar y crecer como personas. Hay que intentar evolucionar y no quedarnos estancados. La zona de confort está muy bien, pero si te pones a prueba saliendo de ella, descubrirás que eres capaz de hacer mucho más de lo que nunca hubieras imaginado.

Día 24: "Los regalos son el colofón final, la ilusión y emoción tanto al darlos como al recibirlos. Los mejores regalos son los que no se pueden envolver porque no son cosas materiales.  ¿Qué vas a regalar esta Navidad?". Lejos de cualquier tipo de materialismo que tratan de vendernos en estas fechas, el verdadero regalo es el tiempo. El tiempo que pasamos con nuestros seres queridos compartiendo la vida, el tiempo que dedicamos a una tarea determinada, pudiendo hacer cualquier otra en su lugar. Ahí entran en juego nuestros deseos, elecciones, y prioridades..Aunque el mejor regalo de Navidad y de la vida en general somos nosotros mismos.


martes, 31 de diciembre de 2019

2019

Termina un año más, un año montaña rusa podríamos llamarlo. Un año en el que a pesar de tener baches y momentos en los que me he sentido profundamente decepcionada y hundida, ganan los recuerdos positivos por la importancia que conllevan y la marca tan profunda que dejaron en mi vida. Repaso, a continuación, el motivo por el que se convirtieron en memorables.

¿Cuál fue el momento más emocionante? ¡Mi primera interinidad! Cuando el sueño con el que soñé desde pequeña se cumple y se vuelve una realidad. A pesar de la inexperiencia, los miedos, las dudas, la incertidumbre... empecé a lo grande, con la fiesta de Carnaval y en un centro rural (algo que me daba un plus de motivación). La clase de mis cinco magos era bastante peculiar y, aunque duró poco, la experiencia de tener una clase con niños de todas las edades me ayudó a despejar ciertas dudas. Mi segunda experiencia fue más duradera y también más dura. Un mes con los mayores, con niños conflictivos, una líder que no me dejaba tocar nada de su profe... Conseguí modificar algunas rutinas y, con ellas, que niños que pasaban de todo, al sentir que no formaban parte de la clase, se pusieran las pilas y se superaran a sí mismos, un gran logro y algo que nunca olvidaré... ¡Qué importante es motivar a los pequeños! 

¿Cuál fue mi mayor logro? Ligado a la adjudicación de mi interinidad en un pueblo, llegó la mejor oportunidad (a la fuerza) de ser más independiente. A pesar de llevar varios años con el carnet de conducir, nunca me había aventurado a llevarlo yo sola, así que esa fue la oportunidad perfecta para comenzar una aventura única por partida doble. Superar mis miedos y temores, me dio más libertad a la par que una autonomía que me hizo más independiente.

¿Cuál ha sido mi rutina favorita? La misma que me impuse el año pasado y... ¡qué bien seguir manteniéndola! Poder hacer una mini escapada al pueblo cada fin de semana me da la vida, no sólo para desconectar sino porque también, así con la excusa, afianzo la relación con mi padre, al cual cada día admiro más y con los vecinos octogenarios, amigos de mi abuela. Es maravilloso ver cómo se alegran de verte y te cuentan sus anécdotas, ponen la misma ilusión que un niño y a mí me encanta escucharles. Además, cada paseo está cargado de recuerdos que me unen más si cabe a quiénes ya no están y algún día pisaron esa tierra.

¿Cual fue el momento más especial? El reencuentro con mis amig@s de la infancia. Volver a sentir que a pesar de que hayan pasado tantos años, la esencia del grupo que formamos en el cole aún perdura. Y es que llegó así, de repente, de la nada... A veces las mejores cosas de la vida llegan así, de manera inesperada y te empapan, te nutren y te enriquecen de una forma sobrehumana. En este caso fue una llamada con la que recuperar el contacto perdido y volverse de nuevo alguien imprescindible en mi vida. Gracias por estar y seguir ahí, gracias por querer formar la pequeña familia que somos y hacerme sentir que los reencuentros son la octava maravilla del mundo.

"El dolor de separarse no es nada comparado con la alegría de volverse a encontrar"

jueves, 17 de mayo de 2018

¿Reciclamos?

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~~~ Todo puede tener otra vida (incluidos nosotros): ¡Recicla! ~~~

Normalmente, al pensar en la palabra reciclaje, nos vienen a la mente muchas ideas, todas ellas relacionadas con la reutilización de materiales. Y es que, muchas veces, no es necesario tener una gran imaginación para saber la cantidad de cosas y actividades que podemos realizar mediante esta acción. Claro que si tienes esa creatividad, ese don especial para hacer auténticas maravillas, mejor que mejor, pero no es lo más importante. ¿Las ventajas del reciclaje? Las conocemos de sobra, ya que desde niños nos han inculcado ese valor. Sin embargo, esta vez no vengo a daros la chapa con el tema del reciclaje de materiales, que de eso ya algunos podemos ser expertos absolutos (aunque también es fundamental, sobre todo si tenemos en cuenta la cantidad de dinero que ahorras siendo una persona práctica). Hoy vamos a abordar la idea del reciclaje desde otra perspectiva, una más humana, más cercana y que de igual modo nos incumbe a todos.

Al hablar de reciclar, propiamente dicho, podemos hacerlo en referencia a la actualización de ideas, sentimientos, hábitos o estados. ¿Qué cosas, acciones o actitudes te gustaría reciclar en tu vida? Pequeñas cosas, quizás perdidas en tu pasado que te gustaría volver a retomar. Por ejemplo: hobbies del pasado que te gustaría hacer de nuevo, encuentros añorables que quedaron perdidos, viajes que hicieron que el tiempo se detuviera y que te gustaría volver a recuperar, sensaciones de calma y relajación que echas de menos actualmente en un entorno de estrés... Párate y piensa, ahora tienes la oportunidad de cambiar el chip y renovarte, empezar de cero si lo necesitas. Seguro que algo hay, busca en tu interior y recicla ese deseo. 

Reciclar la mente es fundamental. Hay que intentar estar abiertos a nuevos mundos, a nuevas ideas y a nuevos horizontes. Si actualizamos nuestros pensamientos, cambiaremos nuestra percepción del mundo que nos rodea y, a la vez, transformaremos nuestra actitud para afrontar la vida. Descubrir oportunidades no es algo fácil, es necesario estar bien despierto para atraparlas. Por ello, resulta crucial mantener siempre una actitud positiva y abierta, que nos ayude a lograr aquello que ansiamos, así como despertar motivaciones personales ocultas o desconocidas hasta el momento.

De igual modo, no nos vendría mal reciclar un poquito también el corazón, los sentimientos hacia otros, pero sobre todo, hacia uno mismo. Eliminar las comparaciones, los pensamientos de "ése es mejor que yo". Limpiar todo tipo de odio o rencor, sustituyéndolo por perdón o, simplemente, por indiferencia. Debemos aprender a reciclar todos nuestros sentimientos negativos: ansiedad, miedo, tristeza o rabia, entre otros. ¿Cómo lo podemos hacer? En primer lugar, nos centraremos en lo positivo de una situación aparentemente desastrosa. Aunque sea más fácil reconocer los errores o el momento crucial en el que nos venimos abajo, hay que intentar mirar más allá, reconstruir los hechos y pensar en algo positivo que se quedó por el camino antes del hecho negativo. En segundo lugar, procuraremos no generalizar, no pensar que cada vez que pase algo similar, el resultado final será el mismo, cayendo, de esta manera, en un bucle continuo sin salida. Por último, debemos evitar tomarlo todo a pecho y creer que si ocurre algo malo, siempre será nuestra culpa porque somos así. Muchas cosas suceden y no dependen de nosotros, unas sí, pero otras no y tenemos que saber convivir con ellas sin machacarnos ni maltratarnos psicológicamente. Olvidar o dejar de recordarnos ciertos aspectos negativos, nos ayudará a llevar una vida mucho más sana y saludable.

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Y tú, ¿reciclas?

martes, 22 de marzo de 2016

Si el tiempo es oro, el agua es un tesoro

Desde pequeños nos enseñan a hacer un uso responsable del agua, sin embargo, no nos enseñan a gestionar nuestro tiempo de forma adecuada, eso lo vamos aprendiendo nosotros mismos a lo largo de la vida, según nuestra experiencia y conociéndonos bien. Y os preguntaréis, ¿qué tiene que ver algo tan abstracto como es el tiempo con el agua, algo palpable que tenemos a nuestra disposición todos los días? Se debe a que muchas veces deberíamos valorar el tiempo, concienciarnos de su importancia como hacemos con el agua o como deberíamos hacerlo según nos han enseñado, ya que existen muchas comparaciones y analogías que podemos hacer a partir de estos dos conceptos. Sabéis lo que me gustan las metáforas, la entrada de hoy, día del agua, va sobre eso: una comparación entre el agua y el tiempo, que aunque a simple vista no lo parezca, realmente tienen mucho que ver una cosa con la otra.

El agua de los ríos, mares y océanos fluye, al igual que lo hace el tiempo, siempre avanza. Cuando intentamos coger el agua con nuestras manos comprobamos que no podemos, se nos escapa, con el tiempo ocurre lo mismo, por más que queramos deternerlo, es imposible. El agua es fuente vida como el tiempo determina nuestras vidas. Sin agua no podemos vivir en el sentido más físico y biológico y, en el aspecto más humano y personal, hay momentos que nos dan la vida, nos hacen sentir más vivos.

El agua cambia de estado al igual que el paso del tiempo hace cambiar a la gente, las gotas son equiparables a los segundos, las olas del mar van y vienen como nuestros pensamientos, llevándose y trayéndonos recuerdos. Las tormentas, las corrientes, el fuerte oleaje, incluso los tsunamis evocan malos momentos, tiempos de odio, rencor, decepción, nerviosismo... de hecho muchas veces asociamos una mala racha con las tempestades. Los buenos momentos se encuentran inmersos en bellos paisajes como lagos, ríos o cascadas y también en el agua dulce que bebemos, esos momentos que decimos que nos dejan tan buen sabor de boca, es equiparable al momento en el que bebes agua tras pasar mucha sed.

Las burbujas representan el tiempo contenido, sueños, promesas.... frágiles, que al final se rompen. El tiempo termina, los momentos se acaban, duran lo que tienen que durar. Sabes que tanto si son buenos como malos, no serán eternos, por eso hay que aprovecharlos y vivirlos plenamente. El hielo representa aquellos momentos imprevisibles o inesperados, que nos dejan helados, pero también, por otro lado, podemos referirnos al deseo de congelar momentos, de detener el tiempo. En una foto se puede hacer, de hecho tenemos la mente llena de fotografías en las que a lo largo de la vida hemos ido parando el tiempo, a nuestra manera. Si cierras los ojos, seguro que ves esas imágenes que quedaron grabadas en tu retina.


Gota a gota se hace el río y paso a paso, el camino. 

Poco a poco, no pretendamos vivir deprisa. El tiempo pasa al mismo ritmo siempre, aunque se nos pueda pasar volando o hacer eterno. Disfrútalo. Vive el presente y no mires el futuro, ahora no te debe preocupar el qué vendrá, sino lo que estás haciendo en este momento. 
Hay que empaparse, dejar huella y caminar, aunque llueva.