martes, 21 de febrero de 2023

Media naranja

 ¿Cuántas veces habremos escuchado la expresión de "encontrar tu media naranja"?  Muchas, ¿verdad? Pero, ¿nunca os habéis planteado por qué una naranja y no otra fruta u otro alimento? 

En realidad su origen se remonta a la Antigua Grecia. Se encontró en una obra de Platón titulada "El banquete", que trata sobre la búsqueda del amor. En ella, Aristófenes detalla que los humanos al ser tan perfectos tienen forma esférica y los compara con naranjas. Por ello, el amado pasa a ser esa media naranja que nos completa. En la historia, además, se iguala los humanos con los dioses. Por lo que Zeus, como Dios máximo del Olimpo, al no gustarle esto, mandó un rayo con los que cortar a estos 'hombres naranja' por la mitad, condenándolos así a buscar eternamente su otra mitad.

Dejando a un lado este curioso mito y reflexionando acerca de la fruta de la naranja, sus beneficios y estableciendo comparaciones con las relaciones de amor o amistad, os comparto mis propias conclusiones:

- Las naranjas contienen vitamina C. Sus beneficios son que contribuye al crecimiento y reparación de tejidos del cuerpo humano. Lo que bien podrían ser las heridas del alma, aquellas que se sanan poco a poco cuando conectas con alguien especial. Para que una pareja crezca, necesita de confianza, respeto y madurez, con la que irá ganando solidez. También a las personas especiales (ya sea pareja o amigos) las tendemos a llamar personas vitamina, las denominamos así porque nos aportan energía, fuerza, alegría, vitalidad y protección, son nuestro mayor apoyo, motivación y el aliciente necesario para seguir adelante, viviendo la vida con ganas. Además, los cítricos desintoxican nuestro organismo, así que lo que más necesitamos es vivir en plenitud, sin toxicidad a nuestro alrededor, con la tranquilidad de tener al lado solo cosas que nos aportan.

- Cuando quieres a alguien, implica aceptar al otro tal y como es, con lo bueno y lo malo. Por eso, podemos decir que el amor llega en todas sus vertientes, igual que debemos aceptar y valorar la naranja completa: dulce, ácida, agria, amarga, en zumo, cortada... Aprender a transformar nuestra visión, cambiar nuestra percepción, ver los defectos y no centrarnos únicamente en ellos, sino asimilar y ser capaces de darle la vuelta y verlos también como una virtud. Porque dentro de todo lo que a primera vista parece malo, se puede aprender y, tal vez, incluso se escondan cosas buenas de valor.

- Si por algo se caracterizas los cítricos es por la capacidad de exprimirlos hasta aprovechar todo de ellos. Si algo es necesario para nutrirnos y ser felices, es poder exprimir momentos juntos, convirtiéndolos, así, en recuerdos eternos. Valorar el tiempo que compartimos, aprovechar para percibir y conocer hasta lo más oculto de nuestro ser. Gajo a gajo, con calma, saboreando cada instante. Profundizar en nuestro autoconocimiento y también comprender a los demás, esforzarnos por sacar lo mejor de nosotros mismos, salir de la zona de confort y atrevernos a superarnos. Si todo esto, además, lo hacemos juntos la relación se fortalecerá. 

- La piel de la naranja es dura, difícil de romper con las manos, por lo que no se destruye con facilidad como una relación sólida. Esa capa protectora custodia un dulce corazón. Cada gajo que la forma es fácilmente separable, por lo que no se crea una relación de dependencia. La relación ideal no consiste en estar físicamente pegados las 24 horas del día, haciendo todo juntos, de manera sincronizada, sino ser capaces de construir rutinas independientes y combinarlas con momentos juntos. 

- Tal y como dice el mito: completar y ser naranja entera juntos. Es fundamental que ambas partes participen en la relación, dar y recibir es esencial, aunque no siempre sea a partes iguales. Hay días en los que según las circunstancias no es posible dar y recibir el 50% correspondiente, pero lo importante es participar y entre ambas partes formar ese 100%. Establecer un proyecto de vida juntos y trabajar en equipo, luchando por alcanzar sueños y metas compartidas. Ser presente y planificar un futuro a corto plazo y de manera razonable.


"Busca a tu media naranja que te ame, 
no media cebolla que te haga llorar 
ni medio limón que te amargue la vida"