lunes, 13 de abril de 2020

La caja de los besos

Hoy es el día del beso y ¿cuál sería la mejor forma de celebrarlo? Compartiendo todos esos besos que nos vienen a la mente con las personas a las que amamos y adoramos, a aquellas que son nuestros tesoros y que más valoramos tener en nuestras vidas, ya que llegaron como un auténtico regalo caído del cielo. Sin embargo, hoy no podemos darlos ni recibirlos, pero ¿sabéís qué es lo que sí podemos hacer? Guardarlos (en una cajita o en nuestro corazón) para repartirlos cuando esto pase. Y mientras tanto... ¡Vamos a imaginarnos qué beso es el que queremos regalar! Según la persona, el momento, el motivo, el lugar... tenemos distintos tipos de besos, ¿alguna vez te habías parado a pensarlo? Hoy te comparto algunos de los besos que existen, lo que demostramos con cada uno de ellos, en qué momentos los podemos utilizar y, lo más importante, qué decimos con ellos. Porque aunque los besos sean una demostración silenciosa, un gesto sin palabras, esconden un gran mensaje tras él.

Besos de agradecimiento: Los que se dan como muestra de agradecimiento, ya sea en la mano como en las películas de caballeros y princesas o en la mejilla si volvemos a la vida real (aunque hay gente que todavía los da en la mano, a modo de compromiso con la otra persona). Igualmente podemos incluir aquí los besos que se dan tras el perdón, por la carga no sólo afectiva, sino también sentimental que llevan de manera intrínseca. En este caso, el motivo es más importante que el gesto en sí mismo, ya que el beso puede ser sustituido por un abrazo o cualquier otra muestra de cariño.

Beso de mariposa: Es el beso que se da acercando los ojos en la mejilla del otro y mientras se da el beso, movemos los párpados rápidamente simulando el aleteo de una mariposa. Esto hace que sea mágico, único y especial, como de cuento y a mí, en particular, me encantan tanto darlos como recibirlos, ya que lo considero un arte.

Beso en la frente: Es el típico beso de madre, padre o hermano mayor. Es un beso que demuestra ternura y protección, te aporta seguridad y calma, es el "todo irá bien, no te preocupes, yo velaré por ti" en forma de beso. Es uno de mis favoritos porque te hace sentir pequeña y grande a la vez, como símbolo de admiración. 

Besos de chocolate: Son los que yo llamo así porque ofrecen sentimientos positivos, lo que hacen que sean más dulces todavía. Son ideales para compartir en pareja, aunque también se pueden utilizar en otros círculos donde haya una confianza máxima. Aquí no importa tanto la forma, sino el contenido, esa dulzura manifiesta. 

Beso de gnomo o de esquimal. Ese beso de complicidad que se daban en el famoso cuento de 'David el gnomo' chocando sus narices y el que también es famoso entre los esquimales como forma de calentar su nariz, a la par que su alma. También lo podemos intercambiar con niños, a modo de juego, mientras inventan nuevos besos dejando volar su imaginación y desarrollando su creatividad. 

Besos de abuela: Solo con el título, ya puedo imaginar lo que se os pasa por la mente... Sí, a mi también, por eso los llamamos así. Son los besos emitidos con tal fuerza y ganas que suenan mucho. Parece que es como un código y cuanto más suenen, más cariño estás demostrando. O al menos eso creo que deben pensar nuestros mayores, que son los que en general más los dan de este modo. Y, ¿por qué no responder de la misma manera? Pienso que es un bonito gesto y una hermosa manera de recordar a nuestros mayores que nosotros también los queremos mucho y que con esa fuerza y ese amor tan inmenso que les tenemos hacen que nuestros besos hacia ellos también suenen. Probadlo, estoy segura de que les encantará y se les escapará una sonrisa de sorpresa mezclada con la misma alegría que ellos sienten al compartirlos. 

Besos de saludo o despedida: Son besos cotidianos que damos y recibimos sin ser apenas conscientes de su valor. Tenemos tan asumido, por cultura quizás, que al saludar o al despedirnos de alguien tenemos que hacerlo, que aunque las personas a las que les brindamos estos besos son realmente importantes en nuestra vida, en muchas ocasiones ni siquiera nos percatamos de ello ni le damos esa importancia que tiene el hecho de poder hacerlo. Y la tiene, ya que no es lo mismo saludar a un compañero de trabajo que a tu abuela. Si el amor que sientes por esa persona es más fuerte, ¿por qué no demostrarlo y poner ese cariño profundo y sincero a la hora de dar el beso? Pruébalo y verás cómo se siente diferente.

Besos en la mano o en el aire: Los primeros que enseñamos a los niños y que aprendimos nosotros de pequeños, a dar un beso en tu mano y mandarlo a alguien extendiendo el brazo o lanzándolo en el aire. Este sí lo podemos compartir en estos momentos, de hecho la energía, la fuerza y el entusiasmo que pondremos al hacerlo, hará que sea mágico. 

Quizás ese beso cotidiano que das a tus padres cuando te despides antes de ir a clase o a trabajar, no tenía sentido entonces y ahora se lo acabas de dar. El que das a tus familiares o a tus amigos después de mucho tiempo sin verlos, seguro que ese sí estaba más premeditado y sabías que es un signo de haber echado de menos durante el tiempo que pasaste sin verlos, pero ahora después de vivir su ausencia en primera persona, lo tienes aún más presente y le das mayor importancia. 

Ya lo decía el refrán: "Uno no sabe lo que tiene, hasta que lo pierde" y tuvieron que prohibirnos besarnos para valorar de nuevo lo grande que nos hacen sentir esos besos, que antes dábamos como  rutina y que ahora no podemos compartir. Por eso, aprendamos de esta experiencia y veréis como cuando nos dejen volver a intercambiarlos (no solo los besos, también los abrazos) valoraremos mucho más su significado y no lo haremos como algo rutinario, sino que será con más sentido y necesidad que nunca. 


Los besos nos ayudan a estrechar lazos afectivos, por ello, no debemos perder esa bonita tradición.
~ ¿Has llenado ya tu cajita de besos? ~