jueves, 30 de marzo de 2023

Nunca es tarde

Nunca es tarde para empezar de nuevo. Sabemos que la espera merece la pena, cuando volvemos con las fuerzas necesarias para afrontar nuevos retos. No importa el tiempo que pase, nunca será perdido porque mientras te encuentras escondido, buscándote a ti mismo, sabes que finalmente todo lo que has pasado, te habrá servido para hacerte mejor. Por lo tanto, no será perdido, sino invertido en ti, en una persona totalmente renovada, decidida y valiente.

Somos conscientes de que cada día muere y que, a su vez, cada día vuelve a nacer. Si uno es un infierno, nos queda el consuelo de que el siguiente no va a ser peor y que tenemos por delante más oportunidades para volver a intentarlo de nuevo. Dar carpetazo definitivo a aquello que no nos aporta nada positivo, sacar lo que nos hace mal, dar ese primer paso de un cambio sincero, que nos acerque a lo que queremos de verdad. Ser una persona mejor a la que fuimos hasta el día de hoy porque no hay que buscar ser mejor que nadie, hay que superarse a uno mismo.

Nunca es tarde para darnos esa segunda oportunidad. Cambiar nuestra forma de ver la vida, conocer gente nueva, abrirse a una realidad inédita, surcar nuevos horizontes y disfrutar, salir de la monotonía. Nunca es tarde para empezar un nuevo proyecto, volcar toda nuestra ilusión y dedicación en la consecución de nuevos objetivos. Metas que en un principio parecían inalcanzables, pero que con constancia, esfuerzo y fe se vuelven materiales y nos llevan al éxito profesional, junto con una transformación interna a la que llamamos crecimiento personal.

Nunca es tarde para aprender cosas nuevas, para poner en práctica nuevas habilidades, para probarnos y ver si somos capaces de aquello que tanto tiempo nos hemos negado. Porque hasta que no intentamos hacer algo, no vemos los resultados. Y es entonces cuando nos damos cuenta de que sí somos capaces de realizar aquello que durante tanto tiempo habíamos rechazado o nos habíamos negado, simplemente por no sentir que lo podríamos hacer, con excusas como "eso no es para mí".

Nunca es tarde para aprender a valorarnos, a priorizarnos, a amarnos más de lo que queremos a los demás. Dedicarnos un ratito al día a nosotros mismos, mimarnos, escucharnos, ser conscientes de todo lo que somos. Al igual que hacemos con elr esto, dedicarnos tiempo de calidad, regalarnos un momento de introspección donde nosotros seamos los protagonistas y nos brindemos toda la atención que merecemos.

¿Cuál es el mejor momento? Cuanto antes, no hay tiempo que perder.


Nunca es tarde para volver a empezar. Nunca es tarde para ser feliz.