lunes, 30 de enero de 2023

Paz mental

Hoy se celebra el día de la paz y la no violencia en todos los colegios. Aprovechando esta circunstancia, voy a detenerme a reflexionar acerca de ello: la importancia de la paz y la ausencia de conflictosEsta vez, no voy a detenerme tanto en la violencia física o verbal, que por supuesto existe y ojalá no recurriésemos a ella con tanta facilidad. Se necesita mucha empatía, ponerse en el lugar del otro y, sobre todo, aprender a pensar antes de hablar y actuar, analizando las futuras consecuencias que provocarán nuestros actos. Como sociedad, crear una convivencia sana, con valores morales y democrática debe ser lo primordial.

Como bien dice el dicho: "Dos no se pelean, si uno no quiere". ¿Qué quiere decir esto? En la vida, llega un momento en el que, tras tanto intercambio de opiniones que no son respetadas por la otra parte, nos saturamos y nos cansamos de tratar de solventar ese malentendido, al ver que nuestros argumentos no son suficiente para frenarlo. Por eso, cuando una situación se nos escapa de control y nos sentimos desbordados de emociones negativas, es esencial saber darnos nuestro lugar, poner límites y buscar nuestro espacio seguro. Solo cuando lo hagamos, el conflicto cesará porque aunque la otra parte pretenda seguir dando vueltas al mismo problema, nosotros ya habremos decidido poner tierra de por medio. 

Sin embargo, los conflictos no siempre son con otra persona, también existen los conflictos internos con nosotros mismos. ¿Cuándo afloran este tipo de conflictos? Cuando nos planteamos cuestiones personales y tenemos dudas, estamos indecisos porque no sabemos lo que queremos ni qué camino tomar. ¿Cómo podemos evitarlos? Elaborando listas de opciones, estableciendo prioridades y criterios de actuación, reforzando nuestro amor propio (háblate bonito con halagos como harías con otras personas) y valorando nuestra autoconfianza, reconociendo nuestros puntos débiles, lo que nos puede llevar a fracasar y analizar nuestros puntos fuertes, aquello que nos ayudará a levantarnos, para explotarlos al máximo siendo razonables.

Hablemos ahora de paz mental. ¿Qué es? Es un estado relajado, un sentimiento de bienestar, liberado de preocupaciones, miedos, estrés y sufrimiento. ¿Cuándo se alcanza? En el momento en que te sientes bien contigo mismo, cuando estás satisfecho y tienes la conciencia tranquila. ¿Qué nos ayuda a conseguirla? En primer lugar, dejar de compararnos con los demás, comprender que cada persona es única y lleva su propio ritmo, alegrarnos por sus logros de manera sana, sin envidias, porque los nuestros tarde o temprano también llegarán. Solo debes compararte contigo mismo para valorar tu progreso y tener expectativas realistas, trabajar y esforzarte por conseguirlas, evitando posibles futuras decepciones y frustraciones. En segundo lugar, centrarnos en las cosas que podemos controlar, de nada sirve preocuparnos por lo que no depende de nosotros, ya que no podemos hacer nada para cambiarlo. Por eso, focaliza tus esfuerzos en lo que sí puedes modificar porque depende solo y exclusivamente de ti como, por ejemplo, tus emociones y acciones al respecto.

Perdónate a ti mismo, no se enfrenta a las personas, se enfrenta el problema. Si algo no salió como esperabas, perdónate a ti y aprende la lección para no repetir lo mismo la próxima vez. Recuerda que encontrar paz es mejor que buscar venganza, evita los sentimientos de odio y rencor, libérate de esas pesadas cargas que no te dejan disfrutar y ser feliz. Sé responsable de tus actos y de las consecuencias que conllevan, no busques culpables ni te machaques con exceso, asume tus errores con madurez y aprende de tus equivocaciones. Pero, sobre todo, invierte tiempo en lo que te importa, en lo que te hace feliz. Vive el aquí y ahora, deja el pasado y todo lo que te provoca angustia atrás. Por último, cuida tu salud mental. Cierra ciclos y etapas, si vas a viajar con la mente al pasado, hazlo en momentos puntuales, solo para recordar lo bueno y darte fuerza como motivación, no para martirizarte con lo negativo, eso sólo provocará obsesiones que te impedirán avanzar. Implanta hábitos para favorecer tu paz mental, por ejemplo, meditar te ayudará a relajar la mente y sentir estabilidad, haz ejercicios de respiración, practica técnicas de relajación, realiza deporte para desconectar y apagar ese estrés, pinta, escucha música... Busca qué es lo que te aporta esa tranquilidad que necesitas.

"La paz mental comienza cuando tomas la decisión de romper vínculos que no suman en tu vida"

miércoles, 11 de enero de 2023

El tiempo todo lo cura

Dicen que el tiempo lo cura todo. Aunque, mejor dicho, es el tiempo que pasamos centrados en otras cosas ajenas a lo sucedido. Cuando dejamos de pensar en el hecho ocurrido que nos hizo daño, en un error del pasado que nos atormenta o una experiencia negativa, en general, y decidimos centrar toda nuestra atención en un nuevo reto o propósito. En el momento que dejamos de darle vueltas al pasado, aceptamos lo ocurrido y lo sacamos de nuestra mente, llenándola de novedades. Así, poco a poco vamos superando lo que ha pasado, dejándolo a un lado al principio, apartándolo de nuestros pensamientos, sin más remordimientos y llegando a "olvidarlo" en un futuro más lejano. Cierto es que nunca se llega a olvidar del todo, pero se aprende a vivir con ello de una forma sana. Una vez aceptada la realidad y siendo conscientes de que, simplemente, es así y que, por mucho que hagas, no hay vuelta de hoja, la situación es la que es y no va a cambiar. Aceptar es el primer paso para sanar. 

Debemos vaciar la mente de esos pensamientos y recuerdos negativos. ¿Y cuál es la mejor manera de hacerlo? No perdiendo el tiempo en cosas que no tienen solución, sino invirtiéndolo en algo mejor. Planifica una rutina, llena tu tiempo de actividades productivas. Tareas de casa, deporte, aficiones como la lectura o la cocina, nuevas aficiones que no hayas probado antes (por falta de tiempo o motivación), cursos con un contenido interesante de los que aprender, formarte para la búsqueda activa de empleo... Aceptar las oportunidades que se presenten, animarte a llevarlas a cabo con deseos de superación personal. La mejor manera de dejar de preocuparse por algo, es ocuparse en otras cosas. Pero, lo más importante, que no se quede en un deseo o en un propósito, hazlo, llévalo a la práctica porque pensar y planificar sin actuar no sirve de nada, tan sólo es una pérdida de tiempo, un tiempo muy valioso al que hay que sacar partido. 

Empieza un nuevo año y, con él, nuevos hábitos, ilusiones, deseos, sueños por cumplir inundan nuestra mente. Es el momento perfecto para empezar algo nuevo, un cambio de mentalidad y actitud, que nos haga pensar únicamente en ser mejores cada día y superarnos con pequeñas metas sensatas y alcanzables. No nos ceguemos con idealismos, siempre con los pies en la tierra. Nadie te conoce mejor que tú mismo, sólo tú sabes hasta dónde puedes llegar... o quizás no, si no lo intentas. Es el momento de descubrirlo, en tu mano está.


"El tiempo no cura nada, es nuestra decisión de no sufrir más".