Las mentiras forman parte de nuestra vida. Podemos afirmar que, por desgracia, vivimos rodeados de ellas, algunas están presentes en nuestro día a día, por lo que es importante saber localizarlas. Existe una especie de sexto sentido para detectarlas, no es más que la experiencia personal de toparnos con ellas. Las mentiras no nos benefician en ningún momento, aunque algunas se disfracen y parezca que nos ayudan, realmente tienen el efecto contrario. ¿Qué tipos de mentiras podemos encontrar?
-Mentiras piadosas: Son aquellas que se hacen con buena intención, con el fin de evitar hacer daño a la otra persona. Este tipo de mentiras pueden ser también obviar dar cierta información o blanquear una situación para que no duela tanto. Pero, ¿realmente funciona? Quizás sí se logra ocultar la verdad durante un largo tiempo, pero una vez que la otra persona descubre la verdad, no tiene mucho sentido y puede llegar a surgir el efecto rebote y molestar más.
-Autoengaño: Son las mentiras que nos decimos a nosotros mismos. Cuando te niegas a aceptar una realidad, pues no es la que esperas y tienes la esperanza de que todo va a pasar y va a volver a ser como era antes. Quizás no estás preparado para afrontar lo que te viene al momento y piensas que es mejor minimizar el asunto e, incluso, hacer como que no existe. ¿Nos beneficia en algo actuar de este modo? Puede que a corto plazo creamos que nos facilitará asumir la realidad poco a poco, pero en verdad no es más que un escudo para atrasar lo inevitable y, además, nos ofrece una visión de una realidad distorsionada, por tanto, no nos ayudará en nada.
-Rumores: Cuando se miente inventando un chisme que en verdad no existe. Muchas veces se hace con el fin de obtener una atención o un reconocimiento por parte del receptor. ¿Es sano actuar así? Si la única forma de lograr que la gente te preste atención o te tenga en cuenta es contando mentiras sobre los demás, tienes un verdadero problema. Es más, puede que esa forma de actuar esconda muchas carencias afectivas, inseguridades y una baja autoestima. ¿Te has puesto en el lugar del otro? Seguro que a ti no te gustaría ser el centro de esos rumores, por tanto, no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti.
-Exageración: Al narrar un hecho, magnificar una situación o sus consecuencias de manera que parezca más grave el suceso ocurrido. Esto puede esconder rasgos de victimismo, pretender que la gente sienta lástima por nosotros y, de esta manera, mantenerla cerca para no sentirnos solos. ¿Qué nos aporta esta situación? Nada bueno, vivir de la pena que los demás puedan sentir hacia nosotros solo nos llevará a no disfrutar realmente de la vida y tener una actitud tan negativa nos traerá consecuencias devastadoras a nivel anímico.
-Manipulación / chantaje: Relacionado con las ganas de querer tener a la gente de su lado a toda costa, encontramos esta forma de mentir. Escogen personas vulnerables y les hacen creer que no deben cambiar de opinión. No actúan con honestidad, no sólo no reconocen sus propios errores, sino que los disimulan culpando a otros de sus acciones. Controlan el pensamiento y las actitudes de los que tienen a su alrededor, modelándolo a su medida y si es preciso mentir, lo hacen. ¿Cómo se puede parar este comportamiento? Poniendo límites, no dejándose engañar y enfrentando al manipulador. La principal consecuencia es aquello que más temen: la soledad.
¿Qué supone mentir y por qué no debemos hacerlo? Con las mentiras perdemos la confianza de las personas que tenemos a nuestro alrededor. La confianza es difícil ganarla y con tan solo una pequeña mentira podemos tirar por tierra todo lo ganado anteriormente y provocar que esa confianza se pierda, rompiendo el vínculo establecido. Además, quien dice una mentira, normalmente cuenta más para tapar la primera, lo que genera estrés y ansiedad, así como una necesidad de controlar absolutamente todo el discurso. Utilizando las mentiras no se resuelven los problemas, al contrario, se volverán mayores. Por ello, ser sincero y decir la verdad nos llevará a una vida más sana y tranquila, potenciando, además, nuestra autoestima.