sábado, 30 de diciembre de 2023

Cerrar ciclos

Hay historias que acaban, aunque tú no lo quieras y capítulos que, sin esperarlo, la vida se encarga de cerrarlos. Terminar historias que no van a ninguna parte, cortar relaciones que no aportan, apartar la toxicidad y dependencia. De eso va la vida, de cerrar ciclos y empezar otros nuevos. 

Este año lo he vivido de principio y fin, algunas de las personas con las que empecé el año, no lo acaban conmigo. Ha sido un año decisivo en cuanto a tomar decisiones, dejar de aguantar actitudes que no van a ningún lado, dejar de tratar a los otros, simplemente, por quedar bien o por todo lo que suponía un pasado común. El presente es hoy y como tal hay que vivirlo. Toca decidir empezar a vivir mi vida de forma egoísta, pensando en mí, que quien esté sea solo quién verdaderamente aporta, que suma y no resta. Y aceptarlo en paz, de una manera sana, asumiendo que mi realidad es otra y, por tanto, es lo que debo hacer para vivir en consonancia. Cerrar ciclos es necesario porque hay circunstancias o personas que, con el paso del tiempo, ya no encajan en tu vida como antes y hay que dejar espacio a lo que venga en el futuro. Nadie debería quedarse en un sitio donde no está a gusto, ni actuar por simple compromiso. Párate unos minutos y piensa, ¿estoy donde realmente me gustaría estar?, ¿qué necesito en mi vida ahora mismo?, ¿qué me aportan las personas de mi alrededor? Quizás es momento de reflexionar y tomar decisiones al respecto.

Es la vida la que pone personas en tu camino. Este año me he dado cuenta de que hay personas que llegan en el momento necesario, cumplen su función y, después, sin que te des cuenta, desaparecen. Se van por voluntad propia, pero quizás también es una señal de la vida de que esa persona ya hizo todo lo que tenía que hacer y no se queda más porque ya ha cumplido su misión. En mi caso, estar donde tenía que estar, en el preciso momento en que ocurrió un accidente, para salvar a lo más preciado que tengo. Siempre le estaré agradecida, hoy en día sé que no fue el azar la que la puso ahí, sino que esa era su misión y una vez hecho, como no tenía más que aportar, nuestros caminos se separaron.

¿De qué otra forma se cierran ciclos? Cuando consigues una meta, tras mucho esfuerzo y confianza depositada en ella. Por ejemplo, que tu equipo de fútbol consiga un ascenso también implica cerrar un ciclo y abrir uno nuevo, pues la situación cambia y la nueva meta también (lo siento, tenía que meterlo en mi resumen del año). Conseguir un nuevo empleo, viajar en busca de unas condiciones de vida mejores, abandonar tu zona de confort y emprender nuevos hábitos, mejorar tus relaciones sociales, cambiar tu estilo de vida... Un ciclo se cierra cuando el proceso ha terminado y solo quedan recuerdos, algo que nos conecta a esa etapa que ya terminó. Cerrarlo depende de uno mismo, por lo que se hará de manera consciente. En unos casos ocurrirá sin que nosotros lo decidamos, pero es responsabilidad nuestra encargarnos de cerrarlo de la mejor manera posible, aceptar y soltar porque algo mejor vendrá. 

¿Por qué es necesario cerrar ciclos? Porque con el paso de los años, todos cambiamos, nuestras prioridades cambian, hay cosas que antes eran esenciales y ahora pasan a un segundo plano, antes valorábamos más unas cosas y ahora otras... Al cerrar un ciclo, aceptamos el cambio, maduramos y nos abrimos actitudinal y mentalmente a una nueva etapa, que como el nuevo año, está a punto de comenzar.

"Cerrar ciclos es entender que, a pesar de que haya sido bueno, no siempre nos permite avanzar"

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